Sobre la valorización energética de la biomasa

Actualmente, estamos buscando todas las alternativas concerniendo las energías para sustituir las energías fósiles. Lógicamente, hablamos de la biomasa. Pero tenemos que saber que la biomasa es una energía sostenible, solo si respeta una seria de reglas.

Un despilfarro medioambiental peligroso

Al contrario de lo que es admitido, la combustión de la biomasa no es para nada un concepto sostenible. Quemar la biomasa, como biocarburante liquido (como el bioethanol), o gaseoso (como el bio-metano), o solido (como la madera, o sea los pellets) para producir energía no es una solución. Por ejemplo:

las plantaciones energéticas (por ejemplo, la madera que crece rápidamente, para producir las pellets);
las plantaciones energéticas agrícolas (los cultivos seleccionados para la producción de biogas o de bioetanol);
los estiércoles de la criás industriales y los barros de las estaciones de depuración (fermentadas para producir el biogas );
los residuos agrícolas, los residuos domésticos enterrados (para la recuperación de biogas) o incinerados (para producir calefacción) .

Por culpa de las actividades humanas, la tierra se esta perdiendo su biomasa. Es importante mantener una cierta cantidad en la biosfera para los equilibrios naturales, especialmente los que garantizan la estabilidad de la temperatura. El valor biológico de la biomasa destruida esta superior a la energía que recuperamos cuando las quemamos. Si no conservamos una cierta cantidad de biomasa, arriesgamos un desequilibrio con consecuencias graves.

Cincuenta años de agricultura industrial agravan la situación, que ya estaba mala después siglos de pastos y deforestación masiva. Desde que existen las civilizaciones, las regiones fértiles no paran de reducirse. No es exagerado de decir que la historia de la humanidad es la historia del humus. Las grandes guerras y las migraciones son debidas a la desaparición del humus en la tierra.

Al contrario de lo que ha pasado antes, a la hora de hoy, la humanidad no tiene tierras que conquistar, que valorar y que destruir. Ahora, llegamos a un punto tal que necesitamos cada kilogramo de biomasa vegetal y animal para regenerar los ecosistemas. En menos de un siglo, los suelos forestales y las tierras agrícolas han perdido un décimo de su contenido en humus. Si nadie parece querer admitirlo, es la profunda causa de nuestros problemas de agua y también de contaminación por los nitratos.

La destrucción de biomasa animal (incluso las deyecciones animales), con el pretexto de que tenemos que depurar (incluso con plantas!), y la destrucción de la biomasa vegetal para producir energía, preparan activamente los desequilibrios graves en la biosfera, como la desertificación, las sequías, las inundaciones. Contribuyen también al efecto invernadero. La destrucción masiva de la biomasa rechaza mucho CO₂ en el atmósfera, pero sobre todo, disminuye la capacidad de regeneración de los ecosistemas que tienen el papel de capturar los gases a efectos invernaderos.

Teniendo en cuenta estas informaciones, usar los biocarburantes (biodiesel, bioetanol, biogas, pellets) es un despilfarro inmenso y compromete a nuestro futuro.

Energía de la biomasa, pero de otra manera

Sin conocer el mecanismo de la fijación de la energía solar en la biomasa vegetal, es peligroso de quemar inconsideradamente la biomasa disponible. Pero no significa para nada que hay que renunciar a la biomasa para producir energía! Hay otras maneras de aprovechar de la energía de la biomasa. La biomasa vegetal puede dar mucho energía a baja temperatura, entonces, para la calefacción.

Aunque la mayoría de los científicos lo ignoran, las observaciones experimentales se acumulan para demostrar que, durante la fotosíntesis, las plantas parecen fijar mas energía solar que lo que podemos recuperar durante la combustión. Este echo paradójico no tiene todavía una explicación científica satisfactoria. Si estas observaciones se confirmarían, tendríamos perspectivas alentadoras en cuenta a la valoración de la biomasa, sin desequilibrar la biosfera.

La fotosíntesis: una fusión fría biológica?

He formulado el hipótesis (a verificar) según la cual, al lado del proceso de reducción (traslado de electrones) para la síntesis de celulosa, las plantas parecen fijar cantidades de energía, por un otro proceso. La explicación de este proceso se encuentra probablemente en las obras del físico francés Louis Kervan. Se trataría quizás de una fusión fría biológica.

La energía así almacenada se puede recuperar con un sistema biológico funcionando con bacterias. La combustión de la biomasa vuelve imposible este recuperación de energía. Es porque parece tan bajo el rendimiento de fijación de energía solar por las plantas (1% hasta 4%). Este porcentaje es bajo porque lo medimos en función de la cantidad de energía que se puede almacenar por combustión. Desde que hacemos las medidas sobre un sistema biológico, durante el compostage según el método de Jean Pain, la energía de baja temperatura (el corazón del montón de compostage se queda hasta 60° durante 6 meses) es superior a lo que obtenemos por combustión. Es lo que hemos medidos ya hace varios años, en Londerzeel (Bélgica), en el comité Jean Pain. Estas medidas tienen que ser verificas, por supuesto. Para aumentar los rendimientos, seria necesario también de hacer una selección de las bacterias capaces de efectuar este recuperación calorífica.

Y si mis hipótesis no se verifican, el hecho experimental es así todavía: el compostage según el método Jean Pain puede dar la misma cantidad de energía que lo que podemos obtener por combustión simple de los residuos de madera destinado al compost. La diferencia es que, después de recuperar el contenido energético, el compost obtenido se queda disponible para regenerar las tierras agrícolas y forestales, y también para un programa de reconquista del desierto.

Si queremos usar la biomasa vegetal para producir energía, la solución la mas rentable me parece ser la recuperación del calor del compostaje para la calefacción de los edificios y de los invernáculos.

Con este opción, reforzamos entonces los ecosistemas para guardar el CO₂ en la atmósfera (disminuir el efecto invernadero con «pozos de carbono»), rechazamos menos CO₂ y obtenemos por lo menos una cantidad igual de energía que la que obtenemos por combustión, quizás mas...

Es porque, desde muchos años, digo en voz alta :

La valoración energética de la biomasa – por lo menos en este contexto – es un inmenso despilfarro. El valor biológico de la biomasa destruida (con el pretexto de que tenemos que depurar, o de que tenemos que producir energía) es mucho mas superior a lo que obtenemos a la hora de hoy.

Entonces, en interés de la biosfera, no es aconsejado de quemar los pellets de madera, de quemar biogas o biocarburantes. En este ideal, valoraríamos también la biomasa animal y humana. Podríamos mesclar los residuos de madera con los estiércoles. Es la manera la mas racional de eliminar estos residuos. Entonces, es a este nivel que se puede justificar la supresión de los W-C y los servicios secos generalizados.

Reforzando los suelos forestales con el compost obtenido, podríamos aumentar todavía mas la producción de madera y contener mas CO₂ para frenar el efecto invernadero. Con la combustión directa de la madera, de los biocarburantes, lo reforzamos.

Ademas, en las regiones donde hay fríos inviernos, donde el consumo energético para la calefacción de las viviendas puede ser sustancial (alrededor de 60% en Bruxela como a Montreal), entendemos que la calefacción por el compost podría cubrir una cierta proporción de las necesidades, regenerando las tierras.

Producción alimentaria vs biocarburantes

Los gobiernos de varios países industrializados hacen actualmente la promoción de los biocarburantes. En un futuro bastante cerca, este actividad va a entrar en concurrencia con la produccion alimentaria mundial. Tendremos que eligir entre alimentar los países pobres o alimentar la locura energética de los países ricos...

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